La historia violenta en un hotel alojamiento de Tandil y el antecedente similar que complica al acusado
Marcela Vedda fue hallada asesinada en la habitación donde había ingresado junto a su pareja, Mariano Wanderkauven, quien se encuentra detenido por el crimen.
La relación entre Vedda y Wanderkauven había comenzado hacía aproximadamente cinco años. Se trataba de una pareja intermitente, marcada por un ciclo de violencia constante. Las fuentes judiciales consultadas por Infobae señalan que ambos atravesaban etapas de enamoramiento seguidas por episodios de violencia, rupturas temporales y posteriores reconciliaciones. Este ciclo tóxico derivó en el femicidio que conmociona a Tandil.
Según la denuncia presentada en ese momento, Wanderkauven la golpeó salvajemente, propinándole un cabezazo y sujetándola fuertemente del cuello. También le rompió el celular, un indicio del control que ejercía sobre ella. Por ese hecho, fue imputado por lesiones leves agravadas por el vínculo y daños, y esa causa aún sigue en trámite, con una requisitoria de elevación a juicio, de acuerdo a lo que pudo saber este medio.
El último episodio de violencia, que terminó con el asesinato de Vedda, ocurrió en la madrugada de este viernes en el hotel alojamiento “Los Alerces”, ubicado en el barrio Terrabuela de Tandil. La pareja había viajado desde Mar del Plata en la moto de ella para pasar unos días a solas.
Testigos del establecimiento indicaron que escucharon una fuerte discusión en la habitación donde ambos se encontraban, pero no intervinieron. Poco después, alrededor de las 4.45, el personal del hotel encontró el cuerpo de Vedda tendido en el suelo de la cochera de uno de los cuartos, junto a la moto con la que habían llegado. La autopsia reveló que la mujer murió a causa de una asfixia mecánica por compresión de los vasos del cuello.
Wanderkauven abandonó el lugar minutos antes del hallazgo del cadáver. Las cámaras de seguridad lo registraron retirándose del albergue a las 4.26. Al hacerlo, le dijo a una empleada que su pareja se había quedado durmiendo en la habitación.
Luego, deambuló por la ciudad durante cerca de dos horas e intentó escapar a Mar del Plata. Se dirigió a la terminal de ómnibus para comprar un boleto de regreso, pero no se lo vendieron porque no contaba con su documento. Su excusa fue que lo había perdido.
Ante esta situación, en la boletería le indicaron que debía ir a la comisaría para denunciar la pérdida y que podría viajar con el certificado del trámite policial. El imputado fue hasta allí, donde finalmente lo detuvieron, tras ser reconocido por los oficiales que ya lo buscaban como sospechoso del femicidio. El DNI, en tanto, nunca apareció.
El expediente por el crimen de Vedda sigue adelante con otras medidas en curso, entre ellas los análisis de sangre para determinar si el imputado había consumido drogas. Por lo pronto se sabe que en la escena del hecho sí se había consumido alcohol. De hecho, la Policía Científica halló huellas del hombre en una botella de vino y una lata de cerveza.