Por Lic. Prof. Fernando A. Ocampo Bravo

A pesar de que el discurso pacifista y el rechazo a la violencia están más extendidos que nunca en la historia, los conflictos bélicos no paran de repetirse hasta la actualidad.

Antes de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), las naciones saldaban sus diferencias a través de la guerra, que estaba totalmente aceptada. El soberano tenía entre sus principales funciones la potestad de declararla o de buscar la paz. Pero en 1918 se prohibió y, desde entonces, dejó de considerarse un recurso legítimo.

Las tres guerras de Argentina con Francia e Inglaterra. El bloqueo francés primeramente y después Ingles; fue la resultante de una escalada de conflictos entre la Confederación Argentina en la práctica, el gobierno de la provincia de Buenos Aires y las potencias europeas. No hubo un solo detonante, por temas de materias primas, territorios, etc…, sino que se produjo una larga serie de desacuerdos que llevaron, casi irremediablemente, al enfrentamiento militar. Origen del conflicto por Malvinas; Desde 1765, las Malvinas fueron ocupadas por autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata, luego de los acuerdos y disputas entre Francia, España y Gran Bretaña. Con la independencia argentina en 1816, Buenos Aires asumió la soberanía sobre las islas, basándose en el principio de continuidad territorial del Virreinato. En la década de 1820, Argentina consolidó su presencia en las Malvinas, al nombrar a Luis Vernet como Gobernador el 10 de junio de 1829. Sin embargo, el 3 de enero de 1833, la corbeta británica Clio tomó por la fuerza las islas, expulsó a las autoridades argentinas y estableció un gobierno británico. Desde entonces, Argentina reclama la soberanía sobre el archipiélago.

Bloqueo naval de Francia a la Argentina. En el cual, se produjo un conflicto diplomático y las naves francesas estacionadas en el Río de la Plata, segunda potencia mundial de la época, bloquearon el puerto de Buenos Aires a fines de marzo de 1838. El bloqueo se mantuvo por dos años, generando una obligada política proteccionista, más allá de la Ley de Aduana, y produjo ciertas grietas en el bloque de poder. Pese a haberse negado en numerosas ocasiones a ejercer cargos públicos por horror a verse inmerso en las guerras civiles de su  patria, al enterarse del bloqueo impuesto por Francia en 1838, San Martín, ya con 60 años y residente en Francia desde hacía casi veinte años, no dudó en ofrecer sus servicios a Rosas para la defensa de su país “en cualquier clase que se me destine”, como puede apreciarse en la carta que escribiera desde Grand Bourg el 5 de agosto de 1838, San Martin, citó lo siguiente;

“He visto por los papeles públicos de ésta el bloqueo que el gobierno francés ha establecido contra nuestro país; ignoro los resultados de esta medida; si son los de la guerra, yo sé lo que mi deber me impone como americano; pero en mis circunstancias y la de que no fuese a creer que me supongo un hombre necesario, hacen por un exceso de delicadeza que usted sabrá valorar, si usted me cree de alguna utilidad, que espere sus órdenes; tres días después de haberlas recibido me pondré en marcha para servir a la patria honradamente, en cualquier clase que se me destine. Concluida la guerra me retiraré a un rincón, esto es si mi país me ofrece seguridad y orden; de lo contrario regresaré a Europa con el sentimiento de no poder dejar mis huesos en la patria que me vio nacer”.

José de San Martín.

La Vuelta de Obligado: resistencia argentina frente a la alianza anglo-francesa.

El 20 de noviembre de 1845, el Paraná se convirtió en el escenario de un histórico enfrentamiento. Con apenas una flota improvisada y tres cadenas cruzando el río, el general Lucio N. Mansilla y sus hombres resistieron heroicamente a las poderosas armadas de Inglaterra y Francia. Este episodio, recordado con fervor patriótico, fue un símbolo de la determinación argentina frente a las ambiciones extranjeras, marcando una resistencia que aún resuena en la memoria colectiva.

En la localidad de San Pedro, provincia de Buenos Aires, el río Paraná se angosta y forma una curva en “S” que dificulta la navegación. Fue en ese mismo lugar que, hace 175 años, las tropas comandadas por Lucio N. Mansilla, junto a criollos, gauchos, indígenas, mulatos y mujeres, intentaron impedir el avance de los barcos a vapor de Gran Bretaña y Francia, las dos mayores potencias económicas, políticas y bélicas de la época, sobre el territorio nacional.

El 20 de noviembre de 1845, se libró el combate de la Vuelta de Obligado, donde, aunque Gran Bretaña y Francia obtuvieron la victoria, el heroísmo con el que nuestras tropas defendieron el territorio convirtió al combate en un ícono de la defensa de la soberanía. En 1974, se sancionó una ley que establece el 20 de noviembre como el Día de la Soberanía Nacional.

Guerra de Malvinas en contra de Reino Unido.

La Guerra de las Malvinas fue un conflicto bélico entre la Argentina y el Reino Unido que se desarrolló del 2 de abril al 14 de junio de 1982, uno de los hechos centrales en la extensa pelea por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ubicadas en el Atlántico Sur. Las islas Malvinas están situadas en el Mar Argentino a unos 600 km, aproximadamente, de la costa patagónica, poseen una superficie de 11.718 km2 y se compone de dos islas principales, Soledad y Gran Malvina, y aproximadamente 200 islotes más pequeños.

A partir del año 1765 fueron ocupadas por las autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata, luego de algunos hechos diplomáticos y militares entre Francia, España y Gran Bretaña.

En la década de 1820 las autoridades argentinas con asiento en Buenos Aires toman posesión de las islas empleando el mismo principio que constituyó la Nación Argentina e incluso nombrando a Luis Vernet Gobernador de las islas el 10 de junio de 1829. El 3 de enero de 1833 las islas Malvinas fueron usurpadas por la corbeta británica Clio, quienes expulsaron a las autoridades argentinas vigentes.

Dicha situación se prolongó hasta el 2 de abril de 1982, año en que se dio inicio a la Operación Rosario, es decir la recuperación de las islas por fuerzas militares argentinas, dando inicio al Conflicto de Malvinas de 1982. El pabellón nacional flameó hasta el 14 de junio de 1982 en las islas, momento en el cual fueron nuevamente usurpadas por el Imperio Británico.

La Constitución Nacional, en su reforma vigente desde el año 1994, expresa en su Disposición Transitoria Primera que “la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.”

Los conflictos armados llevan consigo pérdidas atroces de vidas civiles, desplazamientos masivos y violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. La paz siempre será y es, un método esencial en cada negociación diplomática imperante en el mundo de hoy por hoy. la argentina debe cursar sus negociaciones con defensa nacional, pero con una real diplomacia en todo ser garantes de paz y trabajar con inteligencia en geopolítica.

Por Prensa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *