El crecimiento de las importaciones pulverizó al superávit comercial.
A pesar del rebote previsto para la actividad en 2025, las empresas del sector manufacturero no ven la luz al final del túnel. El uso de la capacidad instalada perforó el 50% en un rubro clave de la industria, de acuerdo a un reciente relevamiento que advierte que sólo el 16% de las firmas consultadas planea aumentar la ocupación. Las ventas en supermercados no repuntan y se desploma el Índice de Confianza del Consumidor.
El dato surge del último informe de la Fundación Observatorio Pyme. El alentador cierre del 2024, con repunte de la economía, estabilidad cambiaria y euforia financiera, no contagió al comienzo del 2025. La fragilidad en el frente externo volvió a tocar la puerta y las reservas netas del Banco Central retrocedieron hasta el nivel de diciembre de 2023, el riesgo país volvió a la zona de los 750 puntos básicos y el rebote se enfrió en gran parte de los indicadores de la economía real.
El dato más contundente es el del consumo masivo. Según el relevamiento de la consultora Scentia, la caída superó el 10% interanual en el primer bimestre del año y en este caso no hay comparación posible con el “plan platita”. En ese relevamiento no hay ningún canal de ventas presenciales que se salve: en febrero los supermercados cayeron 6,5%, los autoservicios 12,6% y los mayoristas 7,4%.
El deterioro se refleja también en las expectativas. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora la Universidad Torcuato Di Tella cayó un 6,7% en la medición de marzo, el guarismo empeora más (9,29%) en el Gran Buenos Aires, madre de todas las batallas en términos electorales.
Las grandes firmas de consumo masivo que operan en el país están desorientadas. No hay oferta, promoción o relanzamiento de marca que seduzca a los consumidores, que optan solo por “las compras del día a día”, según explicó un directivo de experiencia en el sector, que reconoció que los volúmenes están lejos de acercarse a los de años previos.
Fuente: ámbito