Se trata de productos que se producen en el país.

Las importaciones de alimentos aumentaron un 82% interanual en diciembre de 2024 y alcanzaron el récord de u$s242 millones, según el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino. El rally importador se aceleró desde junio pasado por la desregulación del comercio exterior, la apreciación cambiaria y la suba de costos que impactan negativamente en las cadenas productivas locales. Economías regionales como limón, el tomate, la cebolla,y la zanahoria están entre las más afectadas. Se espera que el fenómeno se intensifique en 2025.

La última semana trajo un leve alivio al campo argentino. Las lluvias del pasado domingo cortaron una extensa sequía en la zona núcleo y las perspectivas de una administración de Donald Trump más moderada en materia de aranceles redundó en una leve recuperación de los precios de la soja, el trigo y el maíz.

Los puntos pendientes ahora pasan por la cuestión impositiva y cambiaria. No sólo para el sector exportador, si no también para aquellos que trabajan con el mercado interno y encuentran cada vez más dificultades para competir con productos importados que llegan cada vez en mayor volumen de países limítrofes.

Según un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino, las importaciones de alimentos aumentaron un 82% interanual en diciembre de 2024 y marcaron un nuevo récord: u$s242 millones. El análisis se basa en datos del INDEC y toma en cuenta alimentos primarios e industrializados que se producen en el país, excepto la importación temporal de soja, que luego se reexporta.

Fuente: ámbito