La incubación oscila entre 3 y 5 días y la duración promedio de la fiebre es de 10 días.

Es un virus respiratorio, lo llaman HMPV, desde hace unos días protagoniza un brote de contagios en China y Malasia, y parece un mal chiste justo cuando se cumplen cinco años desde el inicio de la pandemia por Covid-19.

El número de noticias alarmistas que por estas horas se pueden leer en medios internacionales y locales relacionadas al HMPV amerita poner paños fríos y explicar qué es exactamente el metapneumovirus humano, cómo se contagia y hasta qué punto es, realmente, una amenaza mundial nueva.

El HMPV (la sigla de human metapneumovirus, razón por la que los científicos eligen escribir “hMPV”, arrancando con minúscula) no es un patógeno nuevo. Se lo conoce desde 2001, pero se estima que podría haber “saltado” a los humanos mucho antes, en los años ’60.

Lo de “saltar” es usando una expresión conocida desde la pandemia, que conviene ir desempolvando. En particular, para recordar que los virus no son seres vivos sino unas complejas moléculas de proteína y ácidos, que para infectar nuestras células precisan, primero, haber generado alguna clase de mutación, como parte de un proceso de adaptación en el que los seres vivos somos solamente la ruta de circulación.

El HMPV no es un coronavirus sino un agente patógeno de la familia del Virus Sincicial Respiratorio (VSR), el principal causante de los cuadros de bronquiolitis en chicos, y para cuya prevención está en marcha -justo en estos días- una campaña de vacunación destinada a embarazadas.

Este no es un punto menor: por más que taxonómicamente vengan de la misma familia, generen los mismos cuadros (bronquiolitis graves, neumonías…) y tengan formas de contagio y ataque parecidos, una diferencia clave entre el VSR y el HMPV es que el segundo no tiene, hoy, una vacuna preventiva asociada.

Volviendo al brote, es cierto que hay poca información disponible. Por ejemplo, falta un dato clave, que es el número real de infecciones detectadas; en este caso, en las provincias del norte de China, donde el invierno ahora es duro y las enfermedades respiratorias transitan su apogeo anual.

Pero hay que subrayar que ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centers for Disease Control and Prevention estadounidenses (CDC) lanzaron (hasta el momento) alertas o advertencias en ningún sentido.

Uno de esos rasgos «atendibles» es la mortalidad en los casos de enfermedad grave. “La tasa anual de hospitalización por HMPV es igual a la de influenza y parainfluenza combinadas”, introdujo Jorge Quarleri, bioquímico, o más bien, “virólogo”, investigador Principal del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS).

Esa tasa, mirando las cifras más recientes de gripe de los CDC, oscila entre el 1,1% y el 1,5% de los infectados. Sin embargo, del total de los que debieron ser hospitalizados por metapneumovirus humano, “recientemente se mostró una tasa de mortalidad del 11%”, señaló Quarleri.

Pero hay que aclarar que cerca del 40% de los chicos hospitalizados por HMPV «tenían condiciones de alto riesgo subyacentes, como asma y enfermedades pulmonares crónicas”.

Quarleri resaltó las complicaciones que surgen a la hora de hacer el diagnóstico: “Los síntomas del HMPV son indistinguibles de los causados por el virus sincicial (VSR). El HMPV es el agente responsable de entre el 5% y el 10% de las hospitalizaciones de niños con infecciones agudas del tracto respiratorio. Ocupa el tercer lugar en el podio, detrás del VSR y los rinovirus”.

Ese podio es realmente notable. Los chicos se contagian tanto de este virus, que “los estudios de seroprevalencia muestran que entre el 90% y el 100% de los niños fue infectado para cuando llega a entre los 5 y los 10 años”.

Sin embargo, entre que la inmunidad adquirida en esa primera infección no es tan duradera y que existen varios genotipos del HMPV, las reinfecciones son posibles a lo largo de la vida, un tema especialmente problemático para los adultos mayores o personas con comorbilidades (principalmente, con EPOC, enfermedades oncohematológicas y diabetes, entre otras), ya que el cuadro podría derivar en una neumonitis o, incluso, en la muerte.

Fuente: Diario Panorama