Además de quitarles la mugre, los vecinos piden que los desinfecten. Moscas, residuos y olor a podrido.

La mugre es notoria en toda la ciudad. Tanto en la periferia como en el centro sobra la basura, que se acumula por las esquinas. La desidia es tan notable.

 

Ahora, las fallas hasta se huelen. Resultan pestilentes e insoportables: un contenedor de residuos ubicado en calle Laprida entre Salta y Santiago del Estero, ósea dentro de las cuatro avenidas no reciben el vaciamiento, ni la desinfección adecuada y su contenido se acumula. Así lo denuncian a diario los vecinos y un relevamiento realizado por este matutino lo comprobó.

 

La constatación fue simple. Solo hizo falta caminar por varias calles y revisar el estado de los depósitos de residuos. Está clarísimo que no todos son vaciados al finalizar cada día por los camiones dispuestos para esa tarea. Con eso, los malos olores vuelan desde el interior de los recipientes y los roedores tienen un banquete fabuloso.

 

Además de la recolección, para evitar problemas sanitarios resulta clave lavar y desinfectar los depósitos, como mínimo, de manera semanal. En muchas ciudades de Sudamérica, el sistema funciona. Para los vecinos resulta cómodo y también es práctico, porque no requiere demasiado personal y el retiro de la basura es rápido.

 

Pero, no es el caso del contendor de calle Laprida, el olor puede percibirse desde lejos y la basura acumulada también, las ratas aparecen después de las 20.