Desde el club Atenas de La Plata, el titular del PJ bonaerense llamó a «generar una nueva esperanza» y «volver a acercarse al pueblo».

Una multitud se reunió en el microestadio del club Atenas de La Plata, para escuchar al diputado nacional presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, en el mismo lugar donde, en el año 2010, Néstor Kirchner conmemoró el primer triunfo electoral del justicialismo, del 24 de febrero de 1946.

Allí, insitió en la necesidad de «generar una nueva esperanza”, frente a la dramática situación, fustigó duramente al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) y a la política nacional que definió como «extractivista y de entrega de los recursos naturales». Ante una multitud, reivindicó el rol y la figura de la dos veces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue uno de los principales destinatarios de las críticas del diputado. Antes de que Máximo subiera al escenario, las pantallas reprodujeron un video que resumía la historia de las relaciones de Argentina con el FMI, desde la negativa de Juan Domingo Perón a integrarlo, pasando por el ingreso del país tras el golpe de 1955, luego imágenes de José Alfredo Martínez de Hoz, Fernando De La Rúa y Domingo Cavallo, el 2001, la política de desendeudamiento llevada adelante en la gestión de Kirchner, el nuevo endeudamiento tomado por Mauricio Macri, las declaraciones de su ex ministro Nicolás Dujovne acerca del bajo nivel de endeudamiento del país al inicio de la gestión Cambiemos, el acuerdo sellado por la administración de Alberto Fernández y Martín Guzmán, y un encuentro de un apocado Javier Milei con Kristalina Georgieva.

“Tenemos plena conciencia de lo que se está sufriendo, pero esa conciencia no puede generar desazón sino esperanza», dijo Kirchner, que le pidió a los que presentes que militen en las organizaciones políticas, sociales y sindicales pero sin perder de vista que «hay que volver a involucrarse y convencer a los argentinos de que se involucren en las cooperadoras de la escuela, del hospital, en el club del barrio o el centro cultural». «Tenemos que reconstruir la comunidad”, dijo dos veces a lo largo de la tarde noche, en una de las definiciones más salientes de su alocución. Se trata de una referencia a lo que Perón llamaba las organizaciones libres del pueblo, es decir aquellas que crean y fortalecen el tejido del sujeto con su entorno.

A continuación, se refirió al RIGI recientemente votado por sus pares en el Congreso nacional y se preguntó: “¿Hay que entregar los recursos naturales para lograr el desarrollo?». «Ya sabemos cómo funciona, porque vienen, arrasan y se van«, argumentó. Y siguió: «Hay laburo un tiempito, después cuando se van de esos pueblos, no queda nada. El RIGI consagra las tres flexibilizaciones sobre las que veníamos alertando: laboral, ambiental e impositiva. Nos dicen que así el país sale adelante, pero si la gente no vive de manera digna, no hay país, hace 500 años que hacen lo mismo».

En referencia a la política económica del gobierno nacional, agregó: ”Ya sabemos cómo termina y no porque seamos genios o adivinos. En 2001 YPF era privada, Aerolíneas era privada, había AFJP, todo era privado pero las cuentas tampoco cerraban”.

Luego hizo un extenso repaso, para entender y compartir «cómo llegamos hasta acá», que comenzó en las elecciones de 2011 y terminó con una descripción descarnada del gobierno del Frente de Todos. En el medio, en referencia a 2015, recordó que «algunos creyeron que como Macri era empresario iba a traer inversiones, abrieron el cepo e hicieron un descalabro».

«El pueblo argentino quería que el gobierno de Macri terminara en 2019», dijo, y recordó que el peronismo ganó «por 16 puntos en el país y por 20 en la provincia». «Pero hubo algunos que leyeron mal el resultado electoral. Miren cómo era de cerrado el gobierno que la vicepresidenta lo tenía que criticar por Twitter», ejemplificó.

Siguiendo la línea cronológica, recordó que «la pandemia no estaba en los planes de nadie» y que «cuando Alberto medía 70 puntos algunos le recomendaban que se pelee con Cristina». «Para ser presidente hay que saber manejar esas presiones», lanzó.

«Cuando nos enteramos por televisión del acuerdo con el FMI dijimos ‘esto es el fin, entregaron la Argentina’, pero no nos fuimos del bloque y le seguimos votando las leyes», recordó respondiendo las críticas de quienes acusan a su sector de haber «corrido» de la gestión Fernández.

El contraejemplo, dijo, fue el exministro Guzmán: «Es muy irresponsable firmar un acuerdo en nombre de tu país y renunciar a los tres meses sin siquiera llamar al presidente para avisarle. El que está convencido se queda y da la discusión. Mientras el gobierno se caía, ellos se escondían y nosotros pusimos la cara«.

«En 2023 – continuó en su repaso – algunos decían que el candidato tenía que ser Daniel Scioli y no Wado de Pedro. Miren dónde está Wado«, dijo señalando a la tribuna donde lo escuchaba el senador De Pedro, «y dónde está Scioli«, en uno de los momentos más celebrados del acto.

A ese pasaje, le siguió una descripción de la actualidad. «El narco crece en los barrios, el estado se retira, los pacientes oncológicos no tienen medicamentos, el presidente no cuida al pueblo», dijo respecto a la situación social y, en referencia al actual modelo, consideró que «es una Argentina invivible, por el nivel de violencia en el que nos sumergen». «Cualquier toquecito de tránsito puede terminar con muertos, y algunos creen que el pueblo va a hacer tronar el escarmiento; pero yo les digo que el escarmiento tronó el 19 de noviembre del año pasado», sentenció.

Para Kirchner, durante los cuatro años del Frente de Todos, «el problema no fue el armado político, fueron las malas decisiones del gobierno». «Algunos querían hacer la unidad contra Cristina, pero la unidad hay que hacerla contra Paolo Rocca, contra Mindlin, contra Elsztein«, dijo, enumerando los principales apoyos corporativos de la gestión libertaria.

SIn embargo, no todas fueron críticas, ya que recordó que, aún en el contexto de una gestión que había tomado otro rumbo, se lograron hitos como la moratoria previsional o el aporte extraordinario de las grandes fortunas, que permitió financiar al Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP).

Fuente: Página 12

 

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