Los caballos sueltos son un problema sin solución en las rutas sanjuaninas. Ni la gran cantidad de accidentes, muchos de ellos con víctimas fatales, sirvieron para que los propietarios tomen conciencia sobre esta realidad. La ausencia de alambrados en muchos sectores potencia el riesgo para los automovilistas, sobre todo durante la noche.

 

Existen tramos, como el que une Los Berros con Sarmiento, donde la presencia de equinos es casi permanente durante todo el año. Sin ningún control, los animales deambulan por la banquina y es común encontrarlos sobre la misma cinta asfáltica.

 

La reciente publicación de un vecino en las redes sociales reactivó el debate. Esta persona subió fotos donde se observan a dos caballos sobre la Ruta 153 de la ruta. El tema cosechó todo tipo de opiniones, pero la incontrastable realidad es que la falta de controles es muy evidente.

 

Muchos de los propietarios de estos animales no muestran el más mínimo interés es preservar su patrimonio y cuidar vidas ajenas. De hecho, cada vez que ocurre un accidente resulta casi imposible encontrar al dueño del animal.

 

Es cierto que las altas velocidades que desarrollan los vehículos asociadas a la presencia de animales sobre cualquier ruta son un combo mortal. Pero no es menos cierto que un impacto contra un caballo a 90 kilómetros por hora también puede resultar fatal.

 

 

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