En lugar de extraer el bazo, removió su hígado. Esto provocó una hemorragia masiva e irreversible, que resultó en la muerte inmediata.

El 21 de agosto de 2024, William Bryan, de Alabama, ingresó al Hospital Ascension Sacred Heart Emerald Coast, en FloridaEstados Unidos, debido a un fuerte dolor abdominal en el lado izquierdo. Los médicos, preocupados por una posible anomalía en su bazo, recomendaron una cirugía.

A pesar de las dudas iniciales de la familia, Thomas Shaknovsky, cirujano general, y el director médico del hospital, Christopher Bacani, persuadieron a Bryan para que se sometiera a una esplenectomía laparoscópica asistida manualmente. Durante el procedimiento, Shaknovsky cometió un grave error: en lugar de extraer el bazo de Bryan, removió su hígado. Esto provocó una hemorragia masiva e irreversible, que resultó en la muerte inmediata de Bryan.

Según informes legales, Shaknovsky etiquetó el hígado como un “bazo agrandado”. La gravedad del incidente se hizo evidente recién después del fallecimiento del paciente, cuando los patólogos identificaron el órgano extirpado.

Una de las cuestiones más sorprendentes de este caso es cómo pudo haberse cometido un error tan drástico en la identificación de los órganos. La anatomía básica del cuerpo humano muestra que el hígado está ubicado en la parte superior derecha del abdomen, mientras que el bazo se encuentra en el lado superior izquierdo, justo al lado del estómago. Además, el hígado es mucho más grande que el bazo; pesa entre 1.100 y 1.400 gramos más y tiene una forma notablemente distinta.

Posteriormente, los patólogos confirmaron que el bazo de William Bryan no había sido removido y que presentaba un pequeño quiste, que podría haber sido el causante del dolor que inicialmente llevó a Bryan al hospital. Este diagnóstico tardío solo exacerbó el dolor de la familia, que quedó devastada por la pérdida de un ser querido debido a un error quirúrgico evitable.

Fuente: Diario Panorama